La mayor época de florecimiento de la artesanía persa de alfombras tuvo lugar durante el mandato real de Sah Abbas (dinastía Safawiyeh). Sin embargo, en el siglo XVIII, justo antes de la caída de su imperio, se dio un decrecimiento de la tejeduría. Pero, como se dice, no hay mal que por bien no venga, pues esto trajo consigo la expansión de los motivos tradicionales persas en otras parcelas nuevas. Resurgimiento que alcanza su momento culmen en el XIX, principalmente originado mediante la fuerza de las importaciones europeas. Por ejemplo, al comienzo partieron hacia el viejo continente británico centenares de alfombras para un uso local, con el diseño típico, tradicional, aunque el tiempo pronto adaptó el estilo y su producción a una estética más moderna, internacional, propia de nuestro continente.

Esta tendencia se extendió hasta el siglo XX, junto a una progresiva bajada de calidad propia del capitalismo (reducir costes y salarios para aumentar la producción y su rentabilidad), de la estandarización, de una fabricación en masa.

Tanto que, en la década de los años 30, para preservar las señas de identidad tradicionales persas (sus diseños, sus técnicas de composición artesanales, su fama a nivel mundial) de una desaparición inminente, se creó en Irán una empresa estatal oficial de alfombras, conocida como Sherkate Farsh. Y funcionó, porque hoy en día se comercializan más alfombras persas que orientales, por ejemplo.


Coexisten más de sesenta estilos diferentes de alfombras persas. Entre los más famosos se encuentran:


Afshar. Con patrones geométrico, diseños rectilíneos, texturas delgadas de lana y colores naturales como rojo claro, marfil o caqui. Se realizan principalmente en Sharh Babak, Sirjan y Rafsanja.


Isfahan. Simétricas, a partir de una amplia gama de tonalidades azules y rosas, con un medallón en su parte central y nuevos modelos de seda, ideales para salón.


Kashan. De marcados estilos curvos y temas florales. Son las más llamativas y, sobre todo, de mejor calidad.


Qom. Repletas de motivos propios de la naturaleza, de las ciudades, de hechos históricos. Habitualmente suelen ser de tamaño pequeño, muy finas, de lana muy suave, por lo que muchas personas las utilizan para decorar paredes.


Como expertos artesanos en la fabricación de alfombras, te animamos a poner siempre una alfombra en tu vida y «volar» a lomos de ella para poner tu imaginación al servicio de los estilos decorativos, de las tendencias interioristas.